
Hoy, 19 de abril, es el Bicycle Day (me acabo de enterar) y como hace un tiempo vengo abrazando el bicicletismo casi como religión, se me ocurrió (como siempre) pensar en algo visual para contarlo. Esto de contar historias con cosas visuales me está matando. Ya casi no veo palabras, ni letras, casi pienso en imágenes (por eso, si esto está mal escrito, perdonen, estoy evolucionando). Entonces se me ocurrió que la bicicleta tendría que ser un símbolo, algo eterno, permanente, que exista, que se mantenga. Mirando un poco los preceptos de esta especie de mística laica encontré conceptos recurrentes. Entre las cosas que se repetían estaba algo así como la idea de todos los días y enseguida pensé en el símbolo de infinito. ese ocho acostado me daba la idea de vehículo de dos ruedas y comos e me ocurrió volviendo del diario por las destrozadas bicisendas, pensé en otra palabra, que respondía a eso, al siempre y casi era un juego lennoniano.